La Ex- Jemi Story Cap 28-2
Hola Aqui uno nuevo para ke no me digan mala hahaha para el proximo 10 coments besos :D _________________________________________________________ CAPÍTULO 28 (Parte 2) El corazón de Joe inició una loca carrera, y todo su cuerpo se tensó de excitación. No debería estar permitiendo aquello, se reprendió. Si no le ponía fin pronto, corría el peligro de acabar perdiendo el control y hacer algo que no tenía derecho a hacer, algo que Demi no haría si no estuviera enferma y febril como estaba. La agarró suave pero firmemente por los brazos, con la intención de apartarla de él y devolverla a su lado de la cama, pero Demi emitió un gemido de protesta y se aferró a él. Tragó saliva. - Demi... -comenzó a decirle-. - Mmm... -murmuró ella, levantando la cabeza y depositando un tierno beso en los labios de Joe-. Aquello fue más de lo que él podía resistir. Sin poder evitarlo, le respondió afanosamente, y tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para despegar los labios finalmente de los de ella. Demi se había quedado mirándolo confundida, y Joe vio que la toalla se le había caído, dejando al descubierto su tronco desnudo. La luz de la luna que entraba por la ventana arrojaba sobre sus senos una luz plateada y resaltaba las oscuras aureolas. Demi observó con placer cómo los ojos de Joe descendían hasta sus senos, pero quería algo más que eso, quería que los besara, que los tocara... Joe intuyó lo que estaba sintiendo, y sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, agachó la cabeza hacia los labios de Demi que, ansiosa, se arqueaba hacia él, rodeándole la espalda con los brazos y atrayéndolo hacia ella. El beso se fue volviendo más y más apasionado, y pronto sus lenguas estaban danzando la una con la otra. Joe sabía que su mano no debería haber acariciado el seno de Demi, deleitándose en cómo llenaba su palma, que no debería haber dejado que los dedos de su otra mano descendieran hasta su muslo, haciéndola estremecerse, pero, Dios, no podía remediarlo. Su deseo estaba imponiéndose a su conciencia y a su autocontrol. El pezón endurecido contra la palma de su mano, los labios de Demi bajo los suyos, el saber que sólo tendría que mover un poco la otra mano e introducirla entre sus muslos para sentir ese dulce calor húmedo... cada una de esas cosas sumada a las otras estaba haciéndole olvidarse de todo excepto de la necesidad de ella. Despegó su boca de la de Demi y fue descendiendo en un reguero de besos hasta llegar a sus senos, haciéndola estremecer de placer al lamerle los pezones, y arrancando después de su garganta un intenso gemido cuando engulló una aureola. Demi colocó una mano sobre la de Joe, que estaba en su muslo, la movió, introduciéndola entre sus piernas y, tan pronto como él empezó a acariciarla, nuevos gemidos abandonaron sus labios, para culminar en un grito ahogado cuando le sobrevino el orgasmo. - Oh, Joe... -murmuró, casi ronroneando de placer-. Alzó una mano para tocarle el rostro, pero se quedó dormida antes de llegar a hacerlo. Joe se apartó de ella con mucho cuidado para no despertarla. No podía entender qué le había pasado, cómo había podido permitir que las cosas se le fueran de las manos de esa manera, por qué no había detenido aquello cuando aún había estado a tiempo. Se levantó de la cama y caminó arriba y abajo por la habitación, enfadado consigo mismo, cuando un gemido y un murmullo ininteligible desde la cama lo hicieron detenerse y volver junto a Demi. La fiebre debía de estar subiéndole de nuevo. Una hora más tarde, cuando la despertó para darle la segunda toma de la medicina, la mirada perdida en sus ojos le hizo sospechar que en esos momentos ni siquiera sabía quién era. Esperaba que cuando la fiebre hubiese desaparecido no recordase lo que había pasado, porque seguramente no querría recordarlo. Él en cambio, pensó con un suspiro mientras apartaba un mechón de su frente, atesoraría ese momento en lo más profundo de su alma, como tantos otros que había ido atesorando desde el día en que se habían conocido.
Hola Aqui uno nuevo para ke no me digan mala hahaha para el proximo 10 coments besos :D _________________________________________________________ CAPÍTULO 28 (Parte 2) El corazón de Joe inició una loca carrera, y todo su cuerpo se tensó de excitación. No debería estar permitiendo aquello, se reprendió. Si no le ponía fin pronto, corría el peligro de acabar perdiendo el control y hacer algo que no tenía derecho a hacer, algo que Demi no haría si no estuviera enferma y febril como estaba. La agarró suave pero firmemente por los brazos, con la intención de apartarla de él y devolverla a su lado de la cama, pero Demi emitió un gemido de protesta y se aferró a él. Tragó saliva. - Demi... -comenzó a decirle-. - Mmm... -murmuró ella, levantando la cabeza y depositando un tierno beso en los labios de Joe-. Aquello fue más de lo que él podía resistir. Sin poder evitarlo, le respondió afanosamente, y tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para despegar los labios finalmente de los de ella. Demi se había quedado mirándolo confundida, y Joe vio que la toalla se le había caído, dejando al descubierto su tronco desnudo. La luz de la luna que entraba por la ventana arrojaba sobre sus senos una luz plateada y resaltaba las oscuras aureolas. Demi observó con placer cómo los ojos de Joe descendían hasta sus senos, pero quería algo más que eso, quería que los besara, que los tocara... Joe intuyó lo que estaba sintiendo, y sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, agachó la cabeza hacia los labios de Demi que, ansiosa, se arqueaba hacia él, rodeándole la espalda con los brazos y atrayéndolo hacia ella. El beso se fue volviendo más y más apasionado, y pronto sus lenguas estaban danzando la una con la otra. Joe sabía que su mano no debería haber acariciado el seno de Demi, deleitándose en cómo llenaba su palma, que no debería haber dejado que los dedos de su otra mano descendieran hasta su muslo, haciéndola estremecerse, pero, Dios, no podía remediarlo. Su deseo estaba imponiéndose a su conciencia y a su autocontrol. El pezón endurecido contra la palma de su mano, los labios de Demi bajo los suyos, el saber que sólo tendría que mover un poco la otra mano e introducirla entre sus muslos para sentir ese dulce calor húmedo... cada una de esas cosas sumada a las otras estaba haciéndole olvidarse de todo excepto de la necesidad de ella. Despegó su boca de la de Demi y fue descendiendo en un reguero de besos hasta llegar a sus senos, haciéndola estremecer de placer al lamerle los pezones, y arrancando después de su garganta un intenso gemido cuando engulló una aureola. Demi colocó una mano sobre la de Joe, que estaba en su muslo, la movió, introduciéndola entre sus piernas y, tan pronto como él empezó a acariciarla, nuevos gemidos abandonaron sus labios, para culminar en un grito ahogado cuando le sobrevino el orgasmo. - Oh, Joe... -murmuró, casi ronroneando de placer-. Alzó una mano para tocarle el rostro, pero se quedó dormida antes de llegar a hacerlo. Joe se apartó de ella con mucho cuidado para no despertarla. No podía entender qué le había pasado, cómo había podido permitir que las cosas se le fueran de las manos de esa manera, por qué no había detenido aquello cuando aún había estado a tiempo. Se levantó de la cama y caminó arriba y abajo por la habitación, enfadado consigo mismo, cuando un gemido y un murmullo ininteligible desde la cama lo hicieron detenerse y volver junto a Demi. La fiebre debía de estar subiéndole de nuevo. Una hora más tarde, cuando la despertó para darle la segunda toma de la medicina, la mirada perdida en sus ojos le hizo sospechar que en esos momentos ni siquiera sabía quién era. Esperaba que cuando la fiebre hubiese desaparecido no recordase lo que había pasado, porque seguramente no querría recordarlo. Él en cambio, pensó con un suspiro mientras apartaba un mechón de su frente, atesoraría ese momento en lo más profundo de su alma, como tantos otros que había ido atesorando desde el día en que se habían conocido.